jueves, 16 de febrero de 2012

REFLEXIÓN KINKY BOOTS

Una película de temática tabú que puede ser aplicada al diario vivir. Una historia llena de drama que nos enseña la manera de cambiar las cosas “escritas” en el destino de cada quién. Además responde dudas asociadas en cómo manejar un negocio cayendo, con un enfoque tanto interno como externo.
Desde la visión corporativa, esta película es todo un ejemplo de cómo reconstruir una empresa y transformarla para convertirla en un negocio más productivo. A pesar de los miedos y los obstáculos que se presentan en el mundo de los negocios, hay decisiones “locas” que logran dar una nueva dirección y un respiro saliendo de lo tradicional.
Abarcar nuevos mercados y tomarse la tarea de investigarlos es un buen principio para hacer cosas grandes, así se salgan de la costumbre clásica universal. Tener las botas para tomar riesgos, confiando en el instinto que tenemos como sere humanos.
Es importante también mencionar la comunicación interna que se desarrolla en la película. A pesar de ir en contra de alguno “principios” el manejo de esta es impecable y deja una cantidad de enseñanza y valores como el respeto, la lealtad y fidelidad a una empresa que, por fuera de los cánones, es una familia. La fuerza y el apoyo que se evidencia tiene que ser absorbido por quién tenga el gusto de disfrutar una historia tan latente y basada en hechos reales.
La vida da muchas vueltas, en vez de vomitar, debemos adaptarnos a los nuevos cambios y construir cosas productivas con base en estos. El secreto está en aceptar, creer y amar lo que se hace o lo que se tiene en mente. La fe en uno mismo es más poderosa que una empresa multinacional.

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